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Este glosario no sigue ningún orden alfabético.
Las palabras llegan como reflejos, según los vaivenes del alma.
Aquí no se define: se sugiere, se abre, se deja entrever.
Aquí comienza el Glosario.
Donde cada reflejo se convierte en pasaje.
Todo es para compartir
Nada me pertenece de verdad.
Ni siquiera mis ideas, mis dolores, mis ocurrencias.
Los dejo deslizarse en la corriente,
para que otro los use,
o se reconozca en ellos.
Compartir no es un gesto:
es una forma de respirar.
Incongruidad
Aparece cuando el alma no encaja del todo con el escenario.
No es error, es señal.
Una grieta luminosa entre lo que se muestra y lo que se siente.
Donde lo racional no llega, empieza la danza de lo incongruente.
Llave (ou “Clave” — mais “llave” conserve mieux la métaphore de l’objet)
No abre todas las puertas.
Solo las que uno está listo para cruzar.
La llave no se busca,
se encuentra cuando se deja de forzar la cerradura.
A veces, es una palabra.
A veces, un silencio.
Doberego
Figura invisible, pero eficaz.
No busca brillar, solo proteger.
Doberego vela en silencio sobre los espacios del alma,
espantando a los intrusos,
calmando los juicios precipitados.
No ataca, no responde.
Sostiene.
Estetoscopio para el alma
No capta ruidos cardíacos,
sino temblores secretos,
palabras no dichas,
microfisuras de conciencia.
Se apoya suavemente
sobre la memoria.
Y escucha lo que el ego calla.
Suéter que pica
No abriga, incomoda.
Aparenta suavidad, pero raspa la piel del alma.
Es el personaje que observa,
que juzga sin hablar,
que deja marcas sutiles en la memoria.
Uno no lo elige…
pero a veces, lo recuerda con cierta sonrisa.
Reflejo
No es copia ni sombra.
Es la memoria de la luz sobre una superficie viva.
El reflejo revela lo que no miramos directo,
lo que tiembla en el borde de la conciencia.
Cada reflejo es una pregunta:
¿quién observa realmente?
Fuga interior
No es huida ni abandono.
Es el movimiento secreto que nos aleja de lo que duele.
Una grieta hacia adentro,
donde el alma se esconde para respirar.
A veces necesaria,
a veces eterna.
Silencio activo
No es ausencia.
Es presencia que se retira para dejar espacio.
Silencio que observa,
que escucha sin interrumpir,
que respira entre las palabras.
Es el lenguaje del alma
cuando ha elegido no convencer.
Lectura invertida
No se trata de leer al revés,
sino de captar lo que se esconde detrás del sentido literal.
Ver la grieta, el suspiro entre líneas,
lo no dicho que ilumina lo dicho.
A veces, el sentido verdadero
camina del final hacia el principio.
Perdón provisional
No es olvido, ni absolución completa.
Es una pausa en la herida,
un respiro entre dos dolores.
El alma ofrece tregua,
sin saber aún si podrá soltar del todo.
Es el perdón que tiembla,
pero que ya empieza a sanar.
Registro
No es solo una lista.
Es la huella escrita de lo vivido,
lo percibido,
lo imaginado.
Cada palabra registrada guarda una vibración,
una intención,
una pequeña dosis de alma.
El registro no dice todo,
pero conserva lo esencial.
Autorreflexión desplazada
Llega tarde o fuera de contexto.
Interrumpe una conversación,
o aparece en medio del sueño.
No está mal situada…
solo desincronizada con lo externo.
Pero ahí, en su extraño ritmo,
revela otra verdad.
Visita muda
No toca la puerta,
no deja rastro… pero se siente.
Pasa por dentro,
con pasos suaves y mirada abierta.
No exige, no explica.
Solo observa, y se retira.
A veces, uno se da cuenta demasiado tarde
de que ha sido visitado.
Error fértil
No se corrige… se cultiva.
Brotó fuera de lugar,
pero abrió una posibilidad.
El error fértil no repite la herida,
la transforma.
Es el paso torpe que revela un nuevo camino.
Picadura mental
No deja marca visible,
pero punza en lo más hondo.
Es esa idea que no se va,
ese recuerdo que se clava
como una aguja en el pensamiento.
A veces molesta.
A veces despierta.
Confesión silenciosa
No se pronuncia en voz alta.
Se desliza entre gestos, miradas o ausencias.
Es el alma que se revela sin pedir perdón,
sin necesidad de juicio.
A veces, basta estar presente
para escucharla.
Objeto relacional urbano
No es arte callejero ni objeto perdido.
Es un vínculo espontáneo entre el yo y la ciudad.
Un banco que consuela,
una grieta que habla,
una señal que parece responder al alma.
El objeto relacional urbano no se posee:
se encuentra… y nos transforma.
Lectura a contratiempo
Llega cuando todo parece haber pasado.
No coincide con el ritmo del mundo,
pero ilumina lo que antes no se entendía.
Es leer un gesto después del silencio,
una frase mucho después del daño.
Y sin embargo… justo a tiempo
para despertar algo.
Belleza discreta
No llama la atención.
No brilla, no seduce.
Pero permanece.
Se deja descubrir por quienes saben mirar sin apuro.
Habita en los gestos simples,
en las palabras justas,
en lo que no necesita mostrarse para existir.
Ternura en retirada
No abraza, pero acompaña.
No invade, pero permanece cerca.
Es la caricia que no se da,
pero se intuye.
La ternura en retirada no huye,
solo respeta el ritmo del otro
Ironía reparadora
No hiere, revela.
Es la risa que nace del dolor comprendido.
Un espejo que no juzga,
pero que muestra con agudeza.
La ironía reparadora no destruye,
suelta lo que pesaba
y deja espacio para respirar.
Mirada lateral
No enfoca directamente.
Rodea, intuye, esquiva lo obvio.
Es la forma del alma de protegerse
mientras observa profundamente.
Desde el costado,
la verdad se revela sin máscaras.
Café mental
No se bebe,
pero despierta.
Es ese pensamiento que humea doucement en la mañana del alma.
Invita a la pausa,
a la conversación interna,
a la lucidez tranquila.
A veces, basta un sorbo de atención
para volver a sí.
Mala formulación
Las palabras salieron,
pero no como el alma las pensaba.
A veces, demasiado pronto.
A veces, disfrazadas por el temor.
No fue maldad,
sino desajuste entre lo sentido y lo dicho.
La mala formulación no juzga…
pero deja una vibración incómoda.
Recuerdo disfrazado
No se presenta como tal.
Llega con otro rostro,
con otro perfume,
con otra voz.
Pero en el fondo,
es esa escena antigua
que aún pulsa bajo la piel.
Pudor resistente
No es timidez,
es decisión.
Un límite trazado sin palabras,
una barrera suave
que protege lo más verdadero.
El pudor resistente no se rinde al espectáculo.
Permanece entero,
incluso cuando todo invita a exponerse.
Saber inútil
No sirve para ganar,
ni para explicar.
Pero permanece.
Es ese conocimiento que nadie pidió,
pero que florece en los márgenes.
El saber inútil no sal
Impulso roto
Quiso avanzar…
pero algo lo detuvo.
No fue miedo,
sino una grieta en el tiempo.
El impulso roto no desaparece:
queda suspendido,
esperando quizás otra forma
de volver a empezar
Lectura por deslizamiento
No se lee palabra por palabra,
sino entre líneas,
entre gestos,
entre silencios.
Es una comprensión suave. No requiere esfuerzo.
El Corpus
No es un cuerpo cualquiera.
Es un conjunto de gestos, pensamientos, trazos,
memorias que aún respiran.
Hay que nutrirlo,
aligerarlo,
dejarlo reposar.
Como se pule un espejo antiguo
para captar mejor la luz.
Orfebre
No crea en masa.
Moldea en detalle.
Escucha el silencio de los materiales
y revela su alma.
El orfebre no trabaja rápido,
sino con devoción.
Es el artesano del invisible,
el que da forma a lo sutil.
